II/32. Cartagineses Tardios. 275 a.C - 146 a.C.
La especial naturaleza del ejército de Cartago hacía que un comandante cartaginés tuviese bajo sus órdenes a muy distintos contingentes de tropas procedentes de diversos pueblos. Eso hace que no se pueda hablar de un típico ejército cartaginés, sino que cada fuerza púnica era única. Por otro lado, su composición implicaba una serie de ventajas e inconvenientes: Ofrecía al general un ejército muy versátil, con tropas muy diversas con bastante grado de profesionalidad, que a su vez podía reclutarse con mucha rapidez. Sin embargo, ese tipo de ejército planteaba al general una gran dificultad para relacionarse y combinar adecuadamente todos los contingentes, hasta el punto de que un ejército formado por la unión de diversos ejércitos distintos ya experimentados podían tener problemas para actuar conjuntamente.
En los establos de Cartago había espacio para 300 elefantes de guerra. Los cartagineses emplearon por primera vez estos animales contra los romanos el año 262 a. C., y obtuvieron su primer triunfo en 255 a. C., cuando en la llanura del Bagradas, los elefantes dispuestos por Jantipo al frente de la formación púnica, aplastaron a la infantería de Marco Atilio Régulo, en el que puede considerarse el mayor éxito de la fuerza de elefantes cartaginesa.
Hacia el siglo III a. C., los libio-fenicios eran la única etnia bajo el dominio cartaginés, y estaba obligada por ley a suministrar soldados a la metrópoli. Una vez reclutados, sin embargo, existen evidencias de que recibían un salario tan copioso como el de las tropas mercenarias.
Tras la conquista de Spania, el grueso del ejército cartaginés estaba formado por tropas procedentes de Iberia. Estas tropas provenían de dos etnias diferentes: las tribus iberas del Levante y sur peninsular, y las tribus celtíberas del interior. Constituían las tropas más disciplinadas de los ejércitos púnicos, si exceptuamos la infantería libio-fenicia.
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